jueves, 15 de julio de 2010

El matrimonio gay y las Recién Separadas

(de mi fanpage del Manual de instrucciones para Recién Separadas en Facebook)

Ay, chicas, como éramos pocas pronto se agregarán a nuestras lides los esposas y las esposos de los matrimonios homosexuales que terminarán en divorcio.
No hay ningún error, leyeron bien: LOS esposas y LAS esposos, eso escribí. Es que con esto del matrimonio entre personas del mismo sexo, capaz que tengamos que reveer también la cuestión de los roles dentro de la pareja legalmente casada, que antes estaban de lo más claros: el marido, la mujer, y ahí paramos de contar.
No hace demasiados años que los más evolucionados dejaron de lllamar a su cónyuge esposo o esposa, y comenzaron a llamarlo simplemente "pareja". Esto se daba (y se da), sobre todo, en las uniones de quienes no han pasado por el registro civil. Uno dice "mi pareja", y queda de alguna manera implícito que se acuesta con esa persona, o vive con ella, pero que no está formalmente casado. Bueno, ahora con el matrimonio igualitario se acabaron los maridos y mujeres, los esposos y esposas: todos, supongo, pasaremos a ser "pareja" o "cónyuge" a secas, sin distinción de sexo. Como para no errarle. O habrá matrimonios con dos esposas y ningún esposo, y viceversa.
A mí, lo de andar diciendo "mi marido" siempre me sonó más a declaración de ser propietaria de un macho proveedor que a otra cosa. Y lo de "pareja" me gusta, porque pone la unión, la paridad, por encima de la propiedad. Así que si es por mí, pueden ir derogando ya mismo las palabras marido, esposo, esposa, mujer o señora, y que todos seamos simplemente la "pareja" de alguien. Cónyuge no, suena feo. "Te presento a mi cónyuge...", "Dejame consultarlo con mi cónyuge..." "Mi ex cónyuge..." Naaaa, prefiero pareja, nomás.
Eso sí: creo que voy a tener que retocar el libro antes de reeditarlo, para ponerme a tono con los nuevos tiempos. Por lo menos acá en Argentina. Voy a tener que eliminar la palabra "marido " y reemplazarla por "pareja", para que sea más universal.
¡Por una ver en mi vida, tengo que anticiparme a los hechos! Porque cuando empiece el aluvión de divorcios gays, mi libro tiene que estar al alcance de todas las RS, sean del sexo que sean.

jueves, 1 de julio de 2010

¿Qué podemos encontrar en la cama de una Recién Separada?

(de Manual de instrucciones para Recién Separadas)

Bien lo dice Serrat en una de sus canciones más bellas: Romance de Curro el Palmo:
"Ay, mi amor, sin ti no entiendo el despertar
ay, mi amor, sin tí mi cama es anchaaaa..."

Cuando él se va, queda un espacio vacío que hay que llenar con algo para que su ausencia no sea tan evidente. Es por eso que, con el paso de los días, la cama de la R.S. puede llegar a albergar una o varias de estas cosas, o todas juntas, en relación directamente proporcional con el volumen del ausente.
A saber:

1) Almohadones, almohaditas, ositos de peluche y mantas decorativas que, oh casualidad, al hacerlas a un lado para acostarse se disponen por sí mismas formando un bulto largo y con forma humanoide.
2) Libros, diarios y revistas.
3) Cds de música con su correspondiente reproductor, radiograbador que le dicen.
4) La notebook, papeles y lapiceras, apuntes de la facultad.
5) Cajas de bombones, etiquetas de cigarrillo, y bien resguardada por dos almohadones, una botella de licor de chocolate.
6) Los huesos de juguete del perro, la manta del perro... y el perro.
7) Ídem el punto anterior, pero con el gato.
8) El tejido, las madejas de lana, las agujas y la revista de la que sacó el modelo que está tejiendo.
9) El equipo completo para hacerse las manos y los pies, más la pincita de depilar y el espejo con aumento.
10) En medio de todo eso: el control remoto de la TV y la video, las gotas para la nariz, los anteojos de leer, el teléfono celular, los pañuelos descartables, la ropa que se sacó al acostarse, la que se pondrá al día siguiente, la que sacó para ver cómo le quedaba y no volvió a guardar, una caja con fotos de cuando eran novios (y sí, somos masoquistas, a veces...) y la bandeja para comer en la cama.

Hay otros objetos que tienen por finalidad suplir alguna carencia afectiva o física, como la bolsa de agua caliente en lugar de sus pies para calentar los nuestros. Y lo dejamos acá, porque no quiero meterme en terreno pantanoso...